Villa de Leyva: Tierra de héroes y Chocolate



Lo más parecido a viajar en el tiempo, es tomar un bus desde la terminal de Tunja hacia Villa de Leyva, el portal son unas hermosas montañas verdes y fascinantes, 45 minutos o una hora aproximadamente dura el camino para llegar a la tierra donde murió Antonio Nariño y en donde el chocolate es el anfitrión y la plaza principal una verdadera sensación.
Y así fue como retrocedimos casi 200 años en la historia, llegando a Villa de Leyva, un pueblo que al recorrer sus calles se ha estacionado en el tiempo negándose a avanzar, para conservar la memoria de una época gloriosa de nuestro terruño llamado Colombia; la noche caía y los luceros se prendían,  música colombiana al fondo y un frio delicioso para acompañarlo con una “Pola”.
La medianoche llegaba y la plaza central que es la más grande de Suramérica la cual estaba empedrada hasta el infinito llena de turistas que  disfrutaban del firmamento y las montañas que nos mostraban sus siluetas…”Lunita consentida colgada del cielo como un farolito que puso mi Dios…”.
Después de descansar, al llegar al alba nos levantamos para recorrer todo el pueblo, visitar la casa donde nació el mártir de la Independencia Antonio Ricaurte quien en “…San Mateo en átomos volando  deber antes que vida en llamas escribió…”, tierra de héroes, donde Antonio Nariño el hombre de los derechos escogió para morir.
 Después de desayunar pan y acema con chicharrón, entramos a una tienda de artesanías y como si el universo conspirara hacia Boyacá la televisión narraba la victoria del ciclista boyacense  Nairo Quintana en la 9ª etapa del Giro de Italia: “No es un ciclista es Nairoman… y  va ganar.. Se va a convertir de nuevo con la rosa… nadie va a poder vencer a Nairo en este día… aplaudan aplaudan…. Nairomannnn si va a ganar…. Y ganooooooooooo Nairo….” Así registraba la victoria Mario Sábato y el cielo boyacense estaba más azul que de costumbre… sin comprar nada salimos, pero vuelvan pronto sus personas nos decían.
Nunca se cansa de ver la hermosa arquitectura de Villa de Leyva, casas blancas e iglesias por doquier, montañas imponentes al este y al oeste, al norte y al sur, éramos los dueños del mundo en tan pequeño y lejano lugar, nada nos detenía, excepto un fuerte olor a Chocolate, cruzamos un parque dos cuadras a la derecha y allí estaba el museo del Chocolate, nos extasiamos del manjar de los dioses, con todas las formas en las  que se puede transformar el Cacao.



Este pueblo es considerado uno de los patrimonios de Colombia, por su historia y belleza, si no lo conocen que esperan sus personas…

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